lunes, 18 de junio de 2012

Volvemos haciendo "la mojigata"

La última vez que las devoradoras de Musgo y Mandarina hicimos un gran desayuno fue el "brunch storming" con colegas de profesión. Ese día estuvimos con la calefacción puesta y la lluvia nos mojó el domingo. Desde entonces hemos estado en la pausa-café, hemos picoteado por aquí y por allá, y en un suspiro el calor nos sorprendió desayunando con calma. Así que volvemos con más experiencias gastronómicas para contar desde la cola del paro. Porque sí, porque nos enloquece desayunar y porque antes de que esta cola nos haga perder la cabeza, la perdemos solas y de gusto.


Esta vez decidimos homenajearnos en La Mojigata. A pesar de ser una habitual del Barrio de las Letras y de pasar mil veces por su puerta, todavía no había desayunado en este café. Lo cual es sorprendente porque me atraen los lugares en los que tienen un cuenco con agua para los perros en la puerta.  ¡Soy de gustos sencillos!

El lugar es pequeñito y acogedor, decorado en  colores claros y con utensilios de cocina antiguos. En las paredes de la fachada y del local cuelgan grandes cartelones de pizarra, en ellos los productos escritos en tiza, se intercalan con algunos mensajes positivos. Uno de estos carteles anuncia los “Desayunos Tardíos”, un término más castizo que “brunch”, pero igual de acertado para el atraco a mano armada que íbamos a cometer. El mostrador era un festival de repostería recién hecha que pedía a gritos que nos diéramos un revolcón con ella… ¡Desenfrenooo!

En la mesa estábamos cuatro devoradoras. Empezamos por una bandeja clásica con huevos revueltos, humus, pesto, queso, jamón y ensalada; después una bandeja antioxidante con salmón, huevo duro, aguacate, frutas y brotes de soja, estaba rica pero era demasiado zen para mi glotonería mañanera; y para terminar… ¡la bandeja dulce! Crumble de manzana, magdalena de cerezas y vainilla, bizcocho de plátano y nueces, queso con dulce de leche y crep de crema de chocolate y avellanas. Para rodar hasta el Paseo del Prado aprovechando que es cuesta abajo…

Todo estaba muy rico pero destaca la repostería, muy parecía a la de las abuelas. Se notaba que era casera y con harinas naturales, de hecho gran parte de los productos que tienen, incluido té y ginebra, son ecológicos. El resultado es que aunque acabes  mezclando bollitos de todo tipo, no te deja ese empacho de los productos industriales y refinados que campna a sus anchas por las cafeterías de Madrid.

La clásica cubierta arenosa del crumble de manzana estaba hecha con una especie de granola. Me ha parecido más sana que la receta habitual de harina blanca mezclada con azúcar y mantequilla. Quedaba  igual de crujiente pero con un sabor integral y menos dulzón. A los puristas del clásico “Apple crumble” igual les choca, pero lo cierto es que esta rico y es menos pesado. Sobre todo si tienes que combinarlo con cuatro postres más, como era el caso.

Hay que aclarar que La Mojigata no tiene un menú de brunch como tal. Es decir, un precio cerrado en torno a un primero y un segundo, salado y dulce, con frutas, zumos, tés, cafés o cava incluidos. Quizá por eso no es un brunch, si no un desayuno tardío. Por un lado, es estupendo porque hay pequeños y grandes desayunos para todos los gustos; pero por otro, pierdes la comodidad de un menú ya elaborado con variedad de bebidas incluidas… Os parecerá una tontería, pero hay domingos para no pensar en ningún aspecto, en esas ocasiones las preguntas dicotómicas se agradecen. De todos modos, la visita bien merece la pena y está claro que esta fórmula es más casera y les diferencia.

Pagamos 14 euros cada una, no reservan mesa los domingos y estas fotos están hechas por una profesional... ¡Y me las ha regalado! Creo que cuando me despisté me robo un trozo de muffin...

Por ciertoooo!!! Si vives en el barrio te llevan el desayuno y el periódico a la cama!!! Me parece un regalazo... Por aquí lo dejo caer... Para cuando no tengamos Musgo y Mandarina  ;)

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