miércoles, 28 de marzo de 2012

Cocinoterapia desde la cola del paro

En este post doy a conocer la “cocinoterapia”. O por lo menos, la visión que yo tengo de ella y que me ha inspirado para este blog. Esta práctica surgió espontánea cuando las devoradoras de Musgo y Mandarina nos quedamos en el paro. Poco a poco, éste nutritivo tratamiento se ha convertido en una ayuda para vencer los días hostiles.
Cocinoterapia en Yogyakarta, Indonesia.

La técnica es de lo más sencilla y seguro que alguna vez la habéis practicado sin saber que se trataba de un método terapéutico. La “cocinoterapia” se fundamenta en disfrutar comiendo y, sobre todo, dando de comer. La cocina requiere tiempo, mimos y práctica. Tres ingredientes que parecen sencillos pero que no todo el mundo los consigue.

Desde Musgo y Mandarina recomendamos practicar este paliativo al comienzo de cada semana. Cuando la ciudad madruga y se pone especialmente enérgica, dejándote al margen de cualquier actividad… ¡Llegó el momento!


La terapia empieza desde que piensas la receta. Así que con diligencia y responsabilidad cocinera una salta de la cama y se va al mercado. Saluditos a los tenderos, toqueteos a la fruta y un poco de olisqueo a los productos de la mañana. ¡Y para casa!

Una vez en la cocina se trata de ser simple. No hace falta deconstruir, ni  liofilizar nada. No nos van a dar ninguna estrella Michelín. Por lo que podemos salir de la cocina con la cabeza bien alta cuando la “Quiche Lorrain de las narices” se inmole por voluntad propia, hasta verse reducida a un revuelto mondo y lirondo.

Por otro lado… ¡Estamos en el paro! Tenemos carta blanca para hacer lo que queramos. Somos una parte muy sensible de la sociedad a la que se le perdonan ciertas locuritas. Así que llevando esta idea a la cocina… Exprimamos cítricos en donde nos venga en gana, chupemos el brazo de la batidora y pongámonos un poco “copas” con el vino de cocinar… ¡Si es bueno para el pollo, también lo será para ti!

¡Ále pues! La mejor parte está por llegar, júntate con amigos, familia, vecinos o con algún capítulo de tu serie favorita… ¡ Alaska y Mario of course! Y a disfrutar de tu éxito culinario o a desternillarse ante la amalgama infernal que tengas en el plato.

 La “cocinoterapia” no te curará de un día para otro, pero seguro que te ayuda a suavizar el desazón. ¡Toma Musgo y Mandarina!

2 comentarios:

  1. Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, esto cada día mejora. Mil besos y ánimo que por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes o algo así se suele decir...

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    1. Gracias Nira!!! Aquí esperamos a que el sol vuelva a brillar desayunando con calma Musgo y Mandarinas!!!

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