lunes, 26 de marzo de 2012

Arroz con leche y calma

Desde que desayuno Musgo y Mandarinas, paso algunas horas buscando ventajas de encontrarme en este estado. Estar en el paro es indudablemente un fastidio. Pero cuando te agotas de luchar contra el conflicto, puedes encontrar pequeños placeres que antes pasaban inadvertidos. Éste es el caso del arroz con leche de mi abuela. Cuando tenía empleo era una delicia que me zampaba sin pensar. Pero ahora, que lo acompaño con calma, las sensaciones se han multiplicado.


Arroz con leche  y calma.
Este postre está presente en la gastronomía de muchos países. Desde Tailandia, con su versión del arroz negro en leche de coco, hasta Méjico, donde se acompaña con pasas y se aromatiza con vainilla. Pero estoy segura de que en todos los lugares la conclusión es la misma: “El de mi abuela es el mejor”.

¡Pues yo me subo al carro!  El arroz con leche y calma de mi abuela ha salido de sus fogones para recordarme que ya hubo crisis anteriores y que los mejores platos se cocinan a fuego lento.


La receta de mi abuela os puede parecer de lo más normalita, pero es que el truco está en la calma con la que se consiguen sus ingredientes:

1 litro de leche de la vaca del primo. Aquí la amiga vaca pasta en Canfranc pueblo. Está bien lozana y no envasa en tetrabrik. Si no estás en el pueblo, lo más parecido es una leche "súper entera" en alguna tienda ecológica. 

2 huevos pequeñitos, como los de las gallinas de la huerta. Más de lo mismo, nadie dijo que la calma era fácil de encontrar lejos del pueblo.

4 cucharadas de arroz de grano pequeñito. Éste si es del supermercado porque mi abuela todavía no tiene arrozales.

4 cucharadas de azúcar

1 cáscara de naranja.  Queda mucho más rico, si la cáscara se ha secado en la bodega. Es decir, recomiendo que cuando nos comamos una naranja colguemos la piel en algún sitio seco y oscuro. ¡Después vienen muy bien para estos menesteres!

Canela en polvo.

Pasitos de la abuela:

Pones la leche con la cáscara de naranja a hervir. Cuando esté hirviendo echas las 4 cucharadas arroz y lo dejas a fuego lento observándolo para que no se pegue. Tres cuartos de hora de hervor suave y continuo.  ¡Con calma también!

Cuando esté cocido le añades 4 cucharadas de azúcar y lo dejas al calor para que se disuelva bien. En el caso de que haya quedado espeso este es el momento de tirar de la vaca de nuevo y echarle más leche.

En la fuente donde lo vayas a servir, pones las 2 yemas del huevo con 1 cucharada de ázucar y lo bates con un tenedor. Cuando esté añades el arroz con leche a la fuente, poco a poco para que vaya escaldando la yema.

Las 2 claras que te quedan las montas a punto de nieve, en casa de la abuela no se tira nada, y las mezclas bien montadas con el arroz con leche. 

Espolvoreas canela por encima al gusto. En mi caso, unas buenas toneladas.

¡IMPORTANTE! Nunca te quedará tan rico como el de la abuela. O bien por falta de calma, o porque no siempre tenemos una vaca a mano para exprimirle las ubres. Pero no desesperes, en el paro tenemos mucho tiempo para practicar.

¡Toma Musgo y Mandarinas! 

1 comentario:

  1. Yo tengo la suerte de haber comido el arroz con leche de tu abuela, buenísimo!!!!!, como todos los demás postres que hace y que puedes ir añadiendo a tu blog. Me gusta !!!!!!!!!

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